Usuarios del centro Fuensanta que han recuperado su derecho al voto conocen a los partidos y aprenden cómo elegir a sus representantes

Martes, 30 de abril de 2019

Pocos ciudadanos acudirán a votar el próximo domingo con tanta ilusión como los 1.404 ciudadrealeños con discapacidad que han recuperado el voto en estas elecciones del 28 de abril. Se trata de personas que tenían una incapacitación y a las que se les había quitado su derecho democrático, junto a otros aspectos como la posibilidad de abrir una cuenta corriente o de realizar ciertos gastos. Una reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral abre esta opción y en la residencia del centro Fuensanta llevan semanas enseñando el proceso de votación y los conceptos claves de cara a la cita electoral del domingo. Incluso, esta semana realizaron un simulacro con el objetivo de que conozcan que hay dos urnas o la multitud de partidos que existen.
El objetivo de estas acciones es que estas personas conozcan «qué significa y qué implica la posibilidad de votar a partir de ahora», recordó Cecilia Castillo, directora técnica de una residencia en la que habitan personas con discapacidad sin y con derecho al voto. Para «la mayoría de residentes es nuevo» el derecho al voto, señaló. El objetivo es que los usuarios «vean lo más real posible lo que van a encontrar el domingo en las elecciones» y así explicar para qué sirve cada papeleta, cada urna o lo que sería un voto nulo.
«No era justo» que en anteriores citas electorales no pudieran votar ellos, explicó Belén Díaz del Castillo, una usuaria que ha participado en todas las votaciones hasta ahora y que estuvo en el simulacro para mostrar cómo se efectúa el voto, entregando el carné, tachando su nombre de la lista y depositando un voto en una urna. «Son personas igual que yo y porque tengan una discapacidad no es justo que no puedan. Somos todos personas», resumió la situación que se había producido en los comicios anteriores. «Yo no decido lo que quiero para mi país y otras personas sí, ¿por qué yo no voy a elegir lo que quiero?», se preguntó.
«Estaba pensando en por qué no votar y se lo dije al educador», señaló Óscar Mena, un usuario de 23 años del centro Fuensanta que por esa incapacitación ha perdido varias oportunidades de elegir a sus representantes en anteriores elecciones. «Me gustaría mucho votar es la primera vez para mí, en un derecho que no tenía».
Hasta llegar al ensayo general de esta semana, en Fuensanta han ido dando pasos hacia el 28 de abril sin que haya ningún representante político que se haya aproximado al centro. «La idea es que tengan claro qué partidos políticos hay y ponerles cara a los candidatos porque hay algunos que estaban muy desconectados y hablan todavía de Fraga, de Rajoy y de Zapatero». Se trata de una muestra del tiempo que ha pasado desde que pudieron llevar su voto a las urnas. «Hay que ponerles una realidad sobre qué partidos políticos existen y qué les puede afectar a ellos como salarios, igualdad y demás», señaló Castillo.
A modo de ejemplo, los usuarios de la residencia se han visto los debates televisados de esta semana. «Me gustó el Partido Popular», comentó Mena, mientras recuerda que nunca se había leído un programa electoral hasta ahora. De hecho, en Fuensanta se han realizado resúmenes para que los usuarios conozcan las propuestas que más les puedan afectar.  Además, los usuarios que debutan como parte del censo electoral de la provincia cuentan con el apoyo de los veteranos. «Hay que tener en cuenta que es diferente lo que dicen en la televisión a lo que realmente hacen», indicó Díaz del Castillo. «Nos ayudamos y si hay alguna duda o lo que sea hablamos», explicó entre lecciones de democracia como cuando argumenta que esto ocurre «aunque un compañero sea de un partido y yo de otro». «Cada persona opina de la forma que tenga que opinar, eso no tiene nada que ver para que te lleves bien con ella».
Espejo social.

Dentro del colectivo de nuevos votantes existen quienes acudirán con familiares, ya que los fines de semana están con ellos. Otros acudirán como amigos desde la residencia, como los 18 usuarios que están tutelados por la fundación Futucam. También «hay quienes han dicho que no les interesa votar para nada» y han optado por la abstención como un derecho más de cara a las próximas elecciones. Castillo recuerda que a todos los usuarios se les ha recordado que el voto es secreto pero como en la vida real hay quienes dice a quién votará y quienes lo guardan. Por este motivo, Fuensanta es estos días una muestra de la sociedad con quienes no decidirán su voto hasta última hora, los que se quedarán en la residencia y quienes lo tienen claro.